Los cuatro acuerdos que cambiaron mi percepción

Soy venezolana y para el año 2017 en mi país ya la situación estaba bastante tensa y compleja. Empecé ese año despidiendo amigos que decidieron emigrar porque no existía posibilidad alguna en sus ojos de que se pudiera progresar en un país que cada día se estaba desmoronando más y más. Al cabo de unos meses, por segunda vez, volvía a despedir a dos amigos más y a mi novio, lo cual lo hizo aún más duro. La situación económica en mi casa cada vez empeoraba, la universidad donde estudiaba permanecía cerrada sin fecha de volver y frente a mis ojos se presentó el mismo pensamiento que tuvieron todos “Me tengo que ir”, quiero salir adelante y además debo ayudar a mi familia, una decisión bastante fuerte para mí y todo mi entorno familiar a mis 22 años.

Para el 2019 ya había vivido en 2 países, pasado por al menos 3 o 4 trabajos diferentes y cargada con el hecho de estar lejos de mi familia, amigos y todo lo que tenías antes que, aunque fuera poco, era totalmente mío. Sin embargo, nunca pare siempre estuve en movimiento, trabajando y buscando lo mejor para mí, hasta que mi padre de la nada se enfermara, una apendicitis que por negligencia médica no fuera detectada a tiempo se convirtió en una peritonitis, allí todo mi mundo se fue al subsuelo y mi mente no dejaba de mandarme pensamientos de culpa, rabia, resentimiento y todos los sentimientos negativos posibles me atacaron hasta el día que me dan la noticia de que mi papá ya no estaba en este plano y allí me rompí, recordarlo es duro, pero agradezco a todas las personas que estuvieron a mi alrededor en ese momento porque sin ellos no fuese sido posible seguir. Regrese a mi país con ese mal sabor para estar con mi familia unos días, con sentimientos encontrados y sin la oportunidad de verlo por última vez.  Esta situación me hizo cambiar completamente y yo no lo notaba. Me fui de nuevo de Venezuela y me puse una coraza para seguir con mi vida, me enfoqué en el trabajo y no me permití vivir el duelo jamás, pero él estaba saliendo por todas las partes posibles de mí sin darme cuenta.

Seguí mi vida, pero por dentro estaba muy muerta, pocas personas a mi alrededor lo sabían, puse mi vida en automático desde ese momento y eso luego me trajo muchos problemas y conflictos en mi vida personal, todo absolutamente todo se me estaba desmoronando. Hasta que retomar la universidad vía online me enviara una señal clara de que algo tenía que cambiar, en una de las materias que estaba viendo tenía que leerme un libro de crecimiento personal y hacer un ensayo sobre él, Los cuatro acuerdos de “Miguel Ruiz”, saben cómo se llamaba mi papá, Miguel, ¿coincidencia? no lo creo o por lo menos para mi no.

Al iniciar este libro, sentí una energía que jamás había sentido. De alguna manera creía que él me lo había enviado, que yo tenía que empezar a aplicar estos acuerdos en mi vida y de algún modo ir sanando todas esas heridas que tenia y que no supe gestionar.

Miguel Ruiz nos dice;

1. Sé impecable con tus palabras.  Aprende a usar tus palabras, sé coherente con lo que dices y con lo que haces.
2. No te tomes nada personalmente. Si alguien te quiere lastimar, ese alguien se lastima así mismo y el problema es de él, no tuyo.
3. No hagas suposiciones. No des nada, por supuesto, si tienes duda, acláralo.
4. Haz siempre lo máximo que puedas. Si siempre haces lo mejor que puedes, nunca te recriminarás ni te arrepentirás de nada.

Todo lo que viene ahora parte de este libro, de todo lo que entendí que debía hacer y que no, me ha ayudado muchísimo a descubrirme y salir de ese estancamiento en el que me sentí por varios años.  Te invito a leerlo y a intentar aplicar de a poco estos acuerdos contigo mismo/a en tu día a día, recuerda que tú eres tú única competencia y solo puedes superarte a ti mismo/a.

Gracias por leerme y estar aquí.

Maricarmen Duno.